El ozono es un gas natural que se descompone en el agua y desencadena la formación de radicales libres con gran capacidad de oxidación, destruyendo agentes patógenos y degradando sustancias químicas para facilitar su remoción.
El gran poder oxidante del ozono y sus nulos efectos secundarios para la salud y el entorno dan un gran protagonismo al ozono en el tratamiento de aguas residuales, recuperación de aguas pluviales y naturales para su potabilización o reutilización en otros usos como puede ser para la agricultura.
Acción del ozono en la desinfección de aguas residuales
Su acción se puede llevar a cabo en distintas fases del proceso para la reutilización de aguas, si bien suele utilizarse en la etapa previa para una preozonización y sobre todo al final del mismo como tratamientos avanzados, con el fin de mejorar la calidad del agua según lo deseado. Básicamente, debido a su altas reactividad y inestabilidad el ozono ha de producirse in situ y en el mismo momento de aplicación a través de generadores que pasan un flujo de oxígeno a través de un par de electrodos.
En concreto, el aire o el oxígeno se utilizan como fuente de oxígeno en el gas de alimentación que se transmite al ozonizador, programado para emitir una concentración determinada de flujo.
Una descarga eléctrica en el gas que contiene el oxígeno genera una fuente de energía que permite la producción de ozono (se genera una corriente de electrones en el espacio por el que pasa el gas, a su vez delimitado por los electrodos) y su uso en la desinfección de aguas.
De este modo, una descarga controlada de alto voltaje inicia el proceso que genera una corriente de gas que mediante una cámara de contacto actúa sobre el agua residual para desinfectarla. Un proceso que se realiza bajo la supervisión constante de la dosis, la mezcla (conseguir la máxima solubilidad del ozono ) y el tiempo de exposición.
La maquinaria podrá variar, pues cada diseño de adapta a las necesidades concretas del usuario, pero los principios de funcionamiento se repiten en la práctica totalidad de los equipos. Lógicamente, aunque el tratamiento de aguas con ozono se trata de procesos automatizados y de sencillo uso, se hace necesario el consejo experto para la adquisición de los modelos adecuados ya desde el mismo momento del diseño, si es que fuese necesario fabricarlo a la medida. Una vez adquiridos, dependerá de cada caso la mayor o menor necesidad de supervisión y mantenimiento durante su funcionamiento.
Sigue el siguiente enlace si quieres ver más soluciones para el tratamiento de aguas.