La eliminación de etileno de la fruta con ozono es un modo sencillo y totalmente seguro de controlar la mercancía. Sin embargo, sólo si se cumplen las claves esenciales para una buena conservación de la fruta se podrá prolongar su frescura a lo largo de todo el proceso, desde su cosecha y producción o almacenaje hasta su distribución.
Si por un lado la tecnología del ozono es la clave esencial para llevar a cabo esta conservación óptima, también es cierto que su aplicación ha de seguir un protocolo de actuación que garantice los mejores resultados en el control de etileno, el compuesto químico orgánico responsable de la maduración y putrefacción de las frutas.
Eliminar el etileno de la fruta con ozono
La inyección de ozono en el aire de la nave o cámara frigorífica de que se trate crearán una atmósfera estéril que además de retirar el etileno de la superficie de las frutas brindará un ambiente higienizado en el que difícilmente proliferarán bacterias ni habrá problemas causados por elementos toxicológicos. Es así que se hace necesario un estudio previo del tipo de producto almacenado para establecer la programación adecuada en función de condiciones específicas.
Las concentraciones de ozono en la atmósfera de almacenaje dependerán del tipo de fruta que tengamos. Es por ello que se precisa de una dosificación exacta en función de éste y otros parámetros con el fin de obtenerse el mejor de los resultados.
Otro punto clave para mantener a raya el etileno consiste en realizar tratamientos integrales. Es decir, se aplicará el ozono en todo momento, desde su primer almacenaje tras la cosecha hasta su conservación en el punto de venta o consumo, pasando por su transporte en containers o cámaras frigoríficas.
El objetivo permanente ha de ser ampliar a máximo la vida útil de las frutas logrando un punto óptimo de frescura o, si se requiere, prolongando en la medida de lo posible fases previas a la maduración para que finalmente la alcance en un determinado momento del proceso de distribución.
Afortunadamente, el ozono permite regular con bastante flexibilidad la vida útil del producto mediante la eliminación del etileno gracias a una desinfección ambiental que también ayuda enormemente a garantizar la calidad del producto. Igualmente, se puede hacer un uso eficaz de tratamientos con agua ozonizada para el mismo fin.
Tampoco ha de olvidarse que un punto esencial para que la eliminación del etileno no se vea malograda por poluciones – un entorno degradado o contaminaciones cruzadas- consiste en mantener la temperatura y humedad del ambiente en condiciones idóneas. Se trata, en suma, de buscar procesos automatizados que no den trabajo extra y someter el producto a revisiones regulares que dejaremos en manos de profesionales.
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