Controlar plagas de insectos, mosquitos, hormigas, cucarachas, que resultan perjudiciales requiere de tratamientos de desinsectación para su prevención y eliminación. Por lo tanto, la desinsectación es un término que se relaciona con todo procedimiento utilizado para acabar con el problema de las plagas de artrópodos dañinos para las personas, especialmente los insectos.
Además de la agricultura y la ganadería, hay muchos otros lugares en los que se pueden sufrir plagas de insectos, como la industria, los hogares, los centros de trabajo, la hostelería o sector Horeca, así como cualquier otra instalación pública.
Distintos procedimientos para el control de plagas de insectos
Actualmente pueden utilizarse distintos procedimientos de aplicación de productos para el control de plagas de insectos o desinsectación. Algunos de ellos son la pincelación, el espolvoreo, la pulverización, la nebulización o los cebos. Sin embargo, aún habiendo muchos sistemas disponibles, el primer planteamiento siempre debería ser el uso de los métodos menos agresivos para las personas y el entorno, descartando los productos químicos.
Dos opciones inmejorables que garantizan un control efectivo son las trampas con feromonas o los mosquiteros que emiten luz ultravioleta, pues se trata de sistemas de captura mecánicos, inocuos para el entorno y también para las personas.
El procedimiento adecuado dependerá de distintos factores que hay que considerar. Básicamente, se han de tener en cuenta las áreas a tratar, el tipo de plaga y la gravedad del problema, siendo necesario un estudio previo para establecer un protocolo de actuación adecuado a cada circunstancia.
Así, excepto en casos extremos que aconsejan la aplicación de insecticidas como única opción realmente eficaz, muy a menudo puede controlarse el problema con trampas de feromonas o con mosquiteros murales que atraen a los mosquitos con luz ultravioleta, y un posterior seguimiento de carácter preventivo.
En un bar o restaurante, por ejemplo, los trabajos de desinsectación suelen centrarse en los lugares donde hay alimentos, como por ejemplo en almacenes y cocinas. En todo caso, la efectividad en el uso de feromonas puede requerir varios tratamientos para ir disminuyendo la densidad de la población de insectos hasta acabar con el problema. Después, bastará con revisiones cada varios meses para mantener los resultados.
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