Ozono para evitar la infección alimentaria. Desde el cultivo hasta el consumo, ya sea en un restaurante, en un bar, en un comedor social o en casa, los alimentos son un potencial foco infeccioso de enfermedades que sólo una buena desinfección puede evitar.
Evita la infección alimentaria con un generador de ozono
Los generadores de ozono nos ofrecen una solución integral para solucionar este serio problema de salud alimentaria con opciones tan eficaces como inocuas. Ozonizar el agua con un tratamiento de aguas con ozono, permite un lavado seguro de productos perecederos, como los vegetales, la carne o el pescado.
Proteger la salud es posible de forma sencilla y económica gracias a la tecnología del ozono. El uso de ozonizadores de agua y de esterilizadores de utensilios es una inmejorable manera de logra la desinfección: elimina microorganismos dañinos, y su uso es clave tanto en la manipulación y preparación de alimentos como en su lavado.
Igualmente, la ingestión de agua contaminada puede transmitirnos innumerables enfermedades, y de nuevo el ozono es un preventivo de primer orden. Disolver ozono en el agua en las cantidades justas nos proporciona un agua de la máxima calidad: inodora, insabora e insípida.
En la desinfección alimentaria es importante también el lavado de manos para evitar la contaminación cruzada y, en general, las normas relativas a la manipulación de alimentos resultan de más fácil cumplimento haciendo uso del agua ozonizada en las cocinas o en los puntos de procesamiento alimentario.
El objetivo último es una higiene preventiva de riesgos de patologías producidas por intoxicaciones (producidas por la ingestión de alimentos o agua contaminados con toxinas elaboradas por proliferación bacteriana o con químicos incorporados a ellos de modo accidental o intencional) e infecciones (producidas por la ingestión de alimentos o agua contaminados con bacterias, virus, hongos, parásitos…).
Los síntomas de las infecciones alimentarias dependen de la sensibilidad de la persona, así como del agente causante. En general, los síntomas son muy variados, con un cuadro clínico en el que resultan habituales los vómitos, diarreas, dolores abdominales, cefaleas, reacciones alérgicas, vértigo, ahogo, deshidratación y otras complicaciones que pueden resultar fatales.
Los agentes causantes, por su parte, son bacterias (Staphylococcus aureus, Clostridium perfringens, Clostridium botulinum, Vibrio parahemolyticus, Bacillus cereus y otros), virus, hongos, parásitos y sus toxinas, contaminantes químicos, y diversas sustancias orgánicas nocivas que pueden estar en los alimentos naturales como en algunos hongos, moluscos y pescados en general.
En el siguiente enlace tienes más soluciones de desinfección con ozono en higiene alimentaria.