16 millones de personas sufren algún tipo de alergia en España. De estas, 8 millones son alérgicas al polen. Su aparición suele estar relacionada con el polvo, productos químicos, ácaros, pelos de mascotas, el humo del tabaco, polen y un largo etcétera de partículas nocivas que se encuentran suspendidas en el aire. Es al inhalarlas, o simplemente al entrar en contacto con ellas, cuando el organismo reacciona de forma reactiva.
Entre los síntomas se encuentran estornudos y problemas respiratorios que pueden llegar a provocar cuadros asmáticos de distinta gravedad. Por otro, el simple contacto con la piel y mucosas también ocasiona síntomas muy molestos, principalmente lagrimeo, goteo nasal, picor en la piel, ojos, nariz y garganta.
Prevenir un doble riesgo
Aunque no siempre son partículas dañinas, -hablamos, por ejemplo, del polen o del polvo doméstico-, el simple hecho de que puedan provocar reacciones alérgicas hace que tengamos que considerarlas perjudiciales y necesitemos minimizarlas.
Por el contrario, algunas de esas partículas alergénicas sí representan un serio peligro para la salud. Al inhalarlas llegan hasta los pulmones, donde pueden introducirse en el sistema circulatorio y suponer un peligro para nuestra salud que, con el tiempo, puede derivar en enfermedade.
Por lo tanto, el problema de la polución ambiental va más allá de las reacciones alérgicas, y afecta a toda la familia, independientemente de su reacción ante los alérgenos. ¿La solución? Afortunadamente, la misma en ambos casos: purificar el aire de forma eficaz para lograr un hábitat saludable que resulte preventivo.
Objetivo: un ambiente saludable
Los ambientes interiores que no son todo lo saludables que debieran representan un importante riesgo, en especial para aquellas personas que tienen problemas de alergia, niños y personas mayores.
¿Pero, qué entendemos por un aire saludable? Simplemente, un aire limpio, libre de polución y de partículas alergénicas, cuya presencia es mucho más habitual de lo que se puede pensar.
Más que una mayor o menor salubridad, lo decisivo será la existencia de partículas alergénicas que pueden desencadenar episodios alérgicos de distinta gravedad en función de la susceptibilidad de las personas. Es más, del mismo modo que una persona que no se considera alérgica puede sufrir reacciones alérgicas en el momento menos pensado, también un alérgico es susceptible de manifestar reacciones de distinta gravedad de la forma más inesperada.
Son muchos los factores que podrían explicarlo. Sin embargo, no cabe duda de que un aire más limpio reduce de forma significativa las posibilidades de que éstas se desencadenen. No en vano, en el entorno doméstico o laboral, entre otros espacios interiores, es común encontrar un sinfín de agentes contaminantes. ¿Pero, cómo acabar con ellos? ¿Realmente existe algún método para purificar el aire de nuestro hogar o lugar de trabajo de forma accesible y eficaz? Afortunadamente, la respuesta es positiva.
Remedios contra la alergia
En primer lugar, es importante que, para poder disfrutar de la primavera, uno tenga identificado aquello a lo que es alérgico. No está de más comprobar las provisiones de polinización y tener en cuenta que el grado de presencia de las sustancias no es el mismo en unos meses que en otros. Por ejemplo, los meses de mayor presencia del olivo son mayo y junio. Sin embargo, el periodo de las gramíneas va de abril a julio. De la misma manera, es recomendable lavarse las manos con regularidad para eliminar los restos de polen. El castaño, el abedul y el pino son algunos de los árboles que producen polen, lo cual es bueno tener en cuenta.
En cuanto al ambiente del hogar, utilizando los purificadores de aire de última generación podemos conseguir una rápida solución con una gran eficiencia. En el mercado encontraremos aparatos de uso doméstico idóneos para lograr un aire limpio e higienizado que minimice las alergias y prevenga problemas de salud.
¿Por qué un purificador de aire?
Los purificadores de aire son dispositivos que funcionan a partir de una suma de tecnologías especializadas en su tratamiento. Sus resultados son óptimos precisamente gracias a esta actuación múltiple que también está diseñada para programarse de forma selectiva.
Se tratan de aparatos de diseño compacto, alto rendimiento y máxima eficiencia energética, que requieren un mantenimiento mínimo. Sus características consiguen el objetivo perseguido: mantener una calidad del aire de forma continua, un requisito esencial para las personas alérgicas que también resulta fundamental para la salud de toda la familia.
Si nuestro problema son las alergias, los purificadores pueden servirnos de gran ayuda para reducir su incidencia con efectividad.
Gracias a la profunda higienización de la atmósfera también son eficaces en la prevención de contagios y, del mismo modo, agiliza la recuperación de personas que se encuentran convalecientes.
Por otra parte, constituyen la mejor opción para conseguir un aire interior de calidad, convirtiendo nuestro hábitat doméstico o de trabajo en un lugar sano y confortable en el que dará gusto respirar.
Funcionamiento y eficiencia
Estos equipos de tratamiento del aire interior llevan a cabo una filtración de alta eficacia que purifica el aire liberándolo de todo tipo de partículas nocivas o simplemente molestas.
Esta se realiza mediante la actuación de distintos filtros de alta eficiencia y sistemas de desinfección como el ozono, los rayos ultravioleta, la ionización y los filtros Hepa y de Carbón Activo. Todas ellas tecnologías que realizan un trabajo conjunto para el logro de los mejores resultados.
El funcionamiento de los purificadores de aire para uso doméstico o en entornos laborales es sencillo. No en vano, son aparatos diseñados para un uso automatizado. Estos funcionan de manera manual o permiten la posibilidad de programarlos el tiempo que se estime necesario.
De este modo, el purificador se revela como un equipo capaz de mantener la atmósfera en un estado óptimo. Los distintos niveles de actuación nos será de gran ayuda, por ejemplo, si hemos abierto una ventana y han entrado partículas de polen en la estancia, para hacer un tratamiento intensivo en una habitación en la que haya polvo o mascotas o, pongamos por caso, con el fin de purificar una atmósfera cargada, con humo y olor a tabaco.
El resultado es un aire limpio en profundidad, sin dejar residuos de ningún tipo, desodorizado e higienizado. Por un lado, acabamos con la práctica totalidad de virus, bacterias, hongos, mohos, esporas y partículas químicas que suponen un riesgo para la salud.
Igualmente, como hemos visto, la higienización incluye la desodorización y una eliminación también casi completa de compuestos alergénicos. Por lo tanto, no es necesario el uso de ambientadores ni otros productos de base química, a menudo desencadenantes de alergias.
Es más, si queremos evitar el uso de productos de limpieza convencionales para evitar alergias, tenemos la opción de usar el agua ozonizada, que cuenta con un gran poder desinfectante y es ideal para complementar la actuación de los purificadores de aire.
Del mismo modo que el purificador de aire nos ayuda a hacer de nuestro hogar o lugar de trabajo un espacio sano y confortable, tiene una gran eficacia para prevenir las alergias. No en vano, elimina polen ácaros, polvo, microorganismos, humo, olores y, en fin, compuestos orgánicos e inorgánicos alergénicos que, en muchos casos, también son perjudiciales para nuestra salud.